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14 de mayo de 2011

"Mi granito de Gis"

En los últimos años se ha puesto de moda hablar sobre los retos que enfrentan la formación docente y la educación ante la llegada del nuevo milenio. Se habla de los retos en cuanto a la elaboración de programas que fomenten la actualización, la especialización y el perfeccionamiento de las capacidades de los profesionales de la educación.


A guisa de comentario se dirá que, para poder aclarar los conceptos que se manejan en la educación, primero deberá cambiarse el término que se da a los hombres y mujeres que trabajan en ella y para ella, que es, además, la identificación con la actividad diaria a la que se dedican: el de Profesor.
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Escuela...mi refugio
de duerme y vuela..
¡No hay candela!

Por no querer perder tiempo
pierdes el tiempo y el alma.
Estás perdiendo la vida...
de tanto querer ganarla.

Estamos en una barca...
y hemos perdido los remos....
Y nos lleva la corriente..
a donde menos queremos.

Lengua de fuego el lenguaje...
que apacigua en el decir..
lo que el pensamiento hace...

La verdad más verdadera..
no es una verdad absoluta:...
es una verdad cualquiera..

¿A dónde va ese camino?...
Ese camino no va;...
ese camino se queda...
en el sitio en donde está.
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¿Sabe usted lo que significa el término profesor? Esta palabra viene de la voz profesar, que en alguno de sus significados quiere decir ejercer una ciencia, arte u oficio, o enseñar una ciencia o arte. Además, significa “ejercer una cosa con inclinación voluntaria y continua”. Por tanto, profesor es la persona que ejerce o enseña una ciencia o arte.
Así, profesar es más que simplemente ejercer o enseñar una cosa con inclinación voluntaria o continua: equivale a consagrarse o a dedicarse a una actividad de manera total, tanto en lo individual como en lo colectivo, con el compromiso de servir por servir como premisa fundamental. Aquí ya se invade otro terreno: el de la vocación.
A su vez, la palabra Maestro significa “el que enseña una ciencia, arte u oficio, o tiene título para hacerlo. Más aún, en este sentido, Maestro es “el que conduce”, “el que guía”, “el que enseña el camino”, y no solamente “el que instruye”. En dado caso, docente es el que enseña, instruye o adoctrina, pero además, es el hombre o mujer perteneciente o relativo a la enseñanza.
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Mariquita, escribe, escribe,
y no dejes de escribir,
y no te olvides que "mayo"
siempre se pone con "y".
Mariquita, lee, lee,
y no dejes de leer,
porque si no las orejas
pronto te van a crecer.

Mariquita, si eres buena,
los Reyes te traerán
una muñeca muy rubia
con los ojos de cristal,

Mariquita, escribe, escribe,
y no dejes de escribir,
y al pasar los Reyes Magos
te traerán un colibrí.

Mariquita, salta, salta,
y no dejes de saltar;
pareces un saltamonte
con dos trenzas de verdad.

Quien da, quien da,
al cielo se irá;
quien tiene y no da,
al infierno caerá.
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Así, lo más correcto sería que se les denominara docentes o trabajadores de la educación dado que trabajan instruyendo, dotando a otras personas de conocimientos académicos elementales e incluso semiespecializados, es decir, semitecnificados, con la idea de que les servirán para la vida, lo cual no es totalmente cierto porque no es posible entender para qué puede servirle la geografía a alguien que trabaja como obrero en una fábrica, o el álgebra a quien es músico, abogado o albañil, a menos que sea como cultura general, lo cual evita que el individuo se convierta en un analfabeta funcional, pero que no es suficiente. Y aún así no faltarían las preguntas sobre el “por qué” de ese estudio.
El cambio de los conceptos no implica el de la esencia, pero en este caso, dicho cambio sí va de la mano con la transformación de la realidad ya que no se le puede decir Maestro a una persona que meramente se dedica a instruir, salvo en los casos en que, por su testimonio –o sea, su ejemplo y logros personales y profesionales–, se haga merecedor de tal título.
Se puede apreciar que este sistema de conceptos –profesor, maestro, educador, docente, trabajador de la educación– tiende un poco a reflejar la idiosincrasia del pueblo mexicano, pues, normalmente, la gente de escasa o mínima instrucción suele denominar de manera indistinta a quienes trabajan en el ámbito de la enseñanza. Y aún la gente que posee un poco más de desarrollo académico usa estos títulos sin mayor selectividad, ya que no es cuestión de cultura sino de conciencia.
Y lo que determina esta conciencia es el grado de participación de los educadores en los distintos aspectos de la vida de sus educandos –a quienes comúnmente se les llama alumnos– así como de la participación y relevancia que tengan en sus relaciones sociales y con su comunidad.

cuando se está en la primaria –nivel básico de formación del sistema educativo mexicano– todos los educadores son “Maestros”, porque –se supone- son quienes dan la primera interpretación y apreciación de la realidad a los niños. Son, por decirlo así, los primeros facilitadores, los primeros traductores del mundo y sus fenómenos.
Después, en la secundaria, ya no son “Maestros” sino “Profesores”, porque en este período, los jóvenes –tanto hombres como mujeres– buscan el apoyo y el consejo de alguien externo a su casa para enfrentarse de manera más adecuada y exitosa a la realidad que, generalmente, suele presentarse adversa y difícil, llena de retos y crisis existenciales que la mayoría de las veces incluye a papá y a mamá como adversarios o como compañeros que no les comprenden.
Muchos educadores logran que sus alumnos superen esta etapa con óptimos resultados, pero sólo en la medida en que están verdadera y profundamente involucrados con el adolescente por su propia condición de vulnerabilidad más que con los niños o con los jóvenes entrados en la edad adulta.
Además, se tiene la certeza de que casi todo el mundo recuerda al menos a un maestro o maestra de la secundaria, ya sea como un ejemplo, como un modelo o como un enemigo de aquellas correrías, p. Ej. el clásico profesor que trae loco a todo el mundo con la disciplina y el orden, o al que solía tomar distraído a cualquiera para preguntarle algo relativo a la clase y que no se sabía por no estar poniendo atención a ella, o para pedirle la clase del día anterior a fin de medir el grado de aprendizaje o de repaso de las notas.


En la preparatoria o su equivalente siguen siendo maestros o profesores, pero de ahí a la carrera universitaria ya se les empieza a aplicar el distintivo de Catedráticos, pues se parte de la idea no consciente de que el Profesor o el Maestro tienen ese título como grado académico recibido por haber cursado estudios de Normal Superior o Licenciatura en Educación o Pedagogía, a diferencia de aquellos, quienes son profesionistas titulados –e inclusive especializados– en otras áreas del saber, ya sean Ingenieros, Médicos, Abogados, Físico-Matemáticos, Psicólogos, etc.
Por desgracia, la mayoría de ellos –que son llamados por su título– ya no se encuentran –en poco o nada– involucrados en la situación académica y mucho menos personal de sus alumnos. Se limitan a dar su clase y a obtener los resultados mínimos-máximos deseados. Pocos, realmente, están inmersos en los triunfos y fracasos y en los logros y problemas de los jóvenes adultos o recién entrados en dicha etapa.
Hasta aquí, la condición de los catedráticos es prácticamente similar a la de cualquier profesionista; sólo que, con esa visión, producen un fenómeno muy curioso –y aquí se va a permitir a los autores acuñar un concepto– y que consiste en determinar la división existencial del hombre.

¿Por qué existencial, podría preguntarse, y en qué difiere de la división del trabajo? Se dice existencial, porque a partir de la noción de otras personas, los individuos se sienten motivados –o se dejan inducir– a tomar uno de los tantos caminos que ofrece la educación y capacitación técnica o superior, las artes y los oficios o, por el contrario, pierdan dicha motivación y se dirijan hacia la mediocridad o, peor aún, hacia modos de vida grises u oscuros.
Este es el sentido: la división del trabajo del hombre implica cuál será el oficio o profesión que cada individuo elija y, por ende, cuál será su rol en el mundo productivo. Ello implica especialización en materia artesanal, industrial, comercial, de salud, etc. La división existencial del hombre más bien equivale a la elección, o mejor dicho todavía, al descubrimiento de la vocación que cada individuo logre, y por ende, cuál será su percepción de si mismo y del rol que desempeñe en el mundo productivo.
Pues bien, la vocación la descubren o la adquieren ya sea por sus propios medios, investigando, analizando opciones profesionales o laborales, ya sea casual o causalmente, etc. Los vehículos o modelos, cuando se tienen, pueden ser los padres, familiares, amigos o los propios maestros. Y aún más, pues uno de los autores tuvo un profesor que era Contador Público y aquél estudió otra carrera. Sin embargo, asimiló muchos puntos de su moral y su conducta.

Educar es lo mismo
que poner un motor a una barca,
hay que medir, pensar, equilibrar,
y poner todo en marcha.

Pero para eso,
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino,
un poco de pirata,
un poco de poeta,
y un kilo y medio de paciencia concentrada.

Pero es consolador soñar,
mientras uno trabaja,
que esa barca, ese niño
irá muy lejos por el agua.

Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia puertos distantes, hacia islas lejanas.

Soñar que cuando un día
esté durmiendo nuestro propio barco,
en barcos nuevos seguirá nuestra bandera enarbolada.
Así, de la imagen que los profesores proyecten hacia sus alumnos dependerá que los convenzan o no de ser profesionistas, artistas o técnicos en algo, ya sea porque gozan de buenos ingresos, prestigio, capacidad, imagen, etc. O simplemente porque su clase es tan interesante y amena que motiva al joven a pensar en seguir estudiando esa o cualquier otra área. Más todavía, como ya se dijo, de ello dependerá que se conviertan en mejores personas.
A este devenir de la vida profesional de un docente habría que agregar que también influye y mucho para desgracia de los educandos , el desarrollo de la vida misma del mentor, ya que de acuerdo a como le vaya en su interrelación social mostrara el interés de superación en su conocimiento.
Así hoy en dia en un mundo en donde las Tics se imponen ,hay resistencia de una gran mayoria de docentes a prepararse para estar al dia incluso con falta de dominio de contenidos en asignaturas muy importantes como las matematicas  y argumentando defensas de que "echando a perder se aprende" . Esto aunado a sus dificultades familiares que en ocasiones les impide situarse y ubicarse eticamente en la relación profesional, muchas veces con la idea de que se es el mejor  viéndose en un  espejo mediático que exige un comportamiento mas auto critico.
Y por ultimo la vida y desarrollo del docente esta influenciada por las decisiones directivas o administrativas que utilizan sus funciones como parte aguas de venganza política o profesional cuando no son afines los interés y aun mas , cuando no hay una preparación para esta función de dirigir la educación hacia un objetivo común y consensuado, que es la superación de estrategias didácticas y de enseñanza acordes  y vanguardistas.
Pero aun así,el maestro;docente , catedrático,etc..realiza un esfuerzo muy importante en la vida educativa del país en donde un mundo globalizado exige a todo mundo estar en una área productiva,proyectando automáticamente el abandono del uso de valores de los paterfamilias dejando varados a los educandos en su gran mayoría a un vació de enseñanza en el seno familiar y prisionero de la funesta propagación de ideales chatarra de la televisión confundiendo en ocasiones el termino de Escuela a   Guardería.
Aun así celebraremos el día del maestro con la ilusión y esperanza de alcanzar los estándares educativos óptimos que permitan como siempre sentar las bases para una sociedad mas justa, que en su tiempo también  ilusiono a muchos hombres ilustres de la Educacion........Tu puedes cambiar el rumbo...es ahora y siempre.

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