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16 de mayo de 2012

El que inventó la pólvora
Carlos Fuentes

Uno de los pocos intelectuales que aún existían en los días anteriores a la catástrofe, expresó que quizá la culpa de todo la tenía Aldous Huxley. Aquel intelectual -titular de la misma cátedra de sociología, durante el año famoso en que a la humanidad entera se le otorgó un Doctorado Honoris Causa, y clausuraron sus puertas todas las Universidades-, recordaba todavía algún ensayo de Music at Night: los snobismos de nuestra época son el de la ignorancia y el de la última moda; y gracias a éste se mantienen el progreso, la industria y las actividades civilizadas. Huxley, recordaba mi amigo, incluía la sentencia de un ingeniero norteamericano: «Quien construya un rascacielos que dure más de cuarenta años, es traidor a la industria de la construcción». De haber tenido el tiempo necesario para reflexionar sobre la reflexión de mi amigo, acaso hubiera reído, llorado, ante su intento estéril de proseguir el complicado juego de causas y efectos, ideas que se hacen acción, acción que nutre ideas. Pero en esos días, el tiempo, las ideas, la acción, estaban a punto de morir.

La situación, intrínsecamente, no era nueva. Sólo que, hasta entonces, habíamos sido nosotros, los hombres, quienes la provocábamos. Era esto lo que la justificaba, la dotaba de humor y la hacía inteligible. Éramos nosotros los que cambiábamos el automóvil viejo por el de este año. Nosotros, quienes arrojábamos las cosas inservibles a la basura. Nosotros, quienes optábamos entre las distintas marcas de un producto. A veces, las circunstancias eran cómicas; recuerdo que una joven amiga mía cambió un desodorante por otro sólo porque los anuncios le aseguraban que la nueva mercancía era algo así como el certificado de amor a primera vista. Otras, eran tristes; uno llega a encariñarse con una pipa, los zapatos cómodos, los discos que acaban teñidos de nostalgia, y tener que desecharlos, ofrendarlos al anonimato del ropavejero y la basura, era ocasión de cierta melancolía.

Nunca hubo tiempo de averiguar a qué plan diabólico obedeció, o si todo fue la irrupción acelerada de un fenómeno natural que creíamos domeñado. Tampoco, dónde se inició la rebelión, el castigo, el destino -no sabemos cómo designarlo. El hecho es que un día, la cuchara con que yo desayunaba, de legítima plata Christoph; se derritió en mis manos. No di mayor importancia al asunto, y suplí el utensilio inservible con otro semejante, del mismo diseño, para no dejar incompleto mi servicio y poder recibir con cierta elegancia a doce personas. La nueva cuchara duró una semana; con ella, se derritió el cuchillo. Los nuevos repuestos no sobrevivieron las setenta y dos horas sin convertirse en gelatina. Y claro, tuve que abrir los cajones y cerciorarme: toda la cuchillería descansaba en el fondo de las gavetas, excreción gris y espesa. Durante algún tiempo, pensé que estas ocurrencias ostentaban un carácter singular. Buen cuidado tomaron los felices propietarios de objetos tan valiosos en no comunicar algo que, después tuvo que saberse, era ya un hecho universal. Cuando comenzaron a derretirse las cucharas, cuchillos, tenedores, amarillentos, de alumno y hojalata, que usan los hospitales, los pobres, las fondas, los cuarteles, no fue posible ocultar la desgracia que nos afligía. Se levantó un clamor: las industrias respondieron que estaban en posibilidad de cumplir con la demanda, mediante un gigantesco esfuerzo, hasta el grado de poder reemplazar los útiles de mesa de cien millones de hogares, cada veinticuatro horas.

El cálculo resultó exacto. Todos los días, mi cucharita de té -a ella me reduje, al artículo más barato, para todos los usos culinarios- se convertía, después del desayuno, en polvo. Con premura, salíamos todos a formar cola para adquirir una nueva. Que yo sepa, muy pocas gentes compraron al mayoreo; sospechábamos que cien cucharas adquiridas hoy serían pasta mañana, o quizá nuestra esperanza de que sobrevivieran veinticuatro horas era tan grande como infundada. Las gracias sociales sufrieron un deterioro total; nadie podía invitar a sus amistades, y tuvo corta vida el movimiento, malentendido y nostálgico, en pro de un regreso a las costumbres de los vikingos.

Esta situación, hasta cierto punto amable, duró apenas seis meses. Alguna mañana, terminaba mi cotidiano aseo dental. Sentí que el cepillo, todavía en la boca, se convertía en culebrita de plástico; lo escupí en pequeños trozos. Este género de calamidades comenzó a repetirse casi sin interrupciones. Recuerdo que ese mismo día, cuando entré a la oficina de mi jefe en el Banco, el escritorio se desintegró en terrones de acero, mientras los puros del financiero tosían y se deshebraban, y los cheques mismos daban extrañas muestras de inquietud... Regresando a la casa, mis zapatos se abrieron como flor de cuero, y tuve que continuar descalzo. Llegué casi desnudo: la ropa se habla caído a jirones, los colores de la corbata se separaron y emprendieron un vuelo de mariposas. Entonces me di cuenta de otra cosa: los automóviles que transitaban por las calles se detuvieron de manera abrupta, y mientras los conductores descendían, sus sacos haciéndose polvo en las espaldas, emanando un olor colectivo de tintorería y axilas, los vehículos, envueltos en gases rojos, temblaban. Al reponerme de la impresión, fijé los ojos en aquellas carrocerías. La calle hervía en una confusión de caricaturas: Fords Modelo T, carcachas de 1909, Tin Lizzies, orugas cuadriculadas, vehículos pasados de moda.

La invasión de esa tarde a las tiendas de ropa y muebles, a las agencias de automóvil, resulta indescriptible. Los vendedores de coches -esto podría haber despertado sospechas- ya tenían preparado el Modelo del Futuro, que en unas cuantas horas fue vendido por millares. (Al día siguiente, todas las agencias anunciaron la aparición del Novísimo Modelo del Futuro, la ciudad se llenó de anuncios démodé del Modelo del día anterior -que, ciertamente, ya dejaba escapar un tufillo apolillado-, y una nueva avalancha de compradores cayó sobre las agencias.)

Aquí debo insertar una advertencia. La serie de acontecimientos a que me vengo refiriendo, y cuyos efectos finales nunca fueron apreciados debidamente, lejos de provocar asombro o disgusto, fueron aceptados con alborozo, a veces con delirio, por la población de nuestros países. Las fábricas trabajaban a todo vapor y terminó el problema de los desocupados. Magnavoces instalados en todas las esquinas, aclaraban el sentido de esta nueva revolución industrial: los beneficios de la libre empresa llegaban hoy, como nunca, a un mercado cada vez más amplio; sometida a este reto del progreso, la iniciativa privada respondía a las exigencias diarias del individuo en escala sin paralelo; la diversificación de un mercado caracterizado por la renovación continua de los artículos de consumo aseguraba una vida rica, higiénica y libre. «Carlomagno murió con sus viejos calcetines puestos -declaraba un cartel- usted morirá con unos Elasto-Plastex recién salidos de la fábrica.» La bonanza era increíble; todos trabajaban en las industrias, percibían enormes sueldos, y los gastaban en cambiar diariamente las cosas inservibles por los nuevos productos. Se calcula que, en mi comunidad solamente, llegaron a circular en valores y en efectivo, más de doscientos mil millones de dólares cada dieciocho horas.

El abandono de las labores agrícolas se vio suplido, y concordado, por las industrias química, mobiliaria y eléctrica. Ahora comíamos píldoras de vitamina, cápsulas y granulados, con la severa advertencia médica de que era necesario prepararlos en la estufa y comerlos con cubiertos (las píldoras, envueltas por una cera eléctrica, escapan al contacto con los dedos del comensal).

Yo, justo es confesarlo, me adapté a la situación con toda tranquilidad. El primer sentimiento de terror lo experimenté una noche, al entrar a mi biblioteca. Regadas por el piso, como larvas de tinta, yacían las letras de todos los libros. Apresuradamente, revisé varios tomos: sus páginas, en blanco. Una música dolorosa, lenta, despedida, me envolvió; quise distinguir las voces de las letras; al minuto agonizaron. Eran cenizas. Salí a la calle, ansioso de saber qué nuevos sucesos anunciaba éste; por el aire, con el loco empeño de los vampiros, corrían nubes de letras; a veces, en chispazos eléctricos, se reunían... amor rosa palabra, brillaban un instante en el cielo, para disolverse en llanto. A la luz de uno de estos fulgores, vi otra cosa: nuestros grandes edificios empezaban a resquebrajarse; en uno, distinguí la carrera de una vena rajada que se iba abriendo por el cuerpo de cemento. Lo mismo ocurría en las aceras, en los árboles, acaso en el aire. La mañana nos deparó una piel brillante de heridas. Buen sector de obreros tuvo que abandonar las fábricas para atender a la reparación material de la ciudad; de nada sirvió, pues cada remiendo hacía brotar nuevas cuarteaduras.

Aquí concluía el periodo que pareció haberse regido por el signo de las veinticuatro horas. A partir de este instante, nuestros utensilios comenzaron a descomponerse en menos tiempo; a veces en diez, a veces en tres o cuatro horas. Las calles se llenaron de montañas de zapatos y papeles, de bosques de platos rotos, dentaduras postizas, abrigos desbaratados, de cáscaras de libros, edificios y pieles, de muebles y flores muertas y chicle y aparatos de televisión y baterías. Algunos intentaron dominar a las cosas, maltratarlas, obligarlas a continuar prestando sus servicios; pronto se supo de varias muertes extrañas de hombres y mujeres atravesados por cucharas y escobas, sofocados por sus almohadas, ahorcados por las corbatas. Todo lo que no era arrojado a la basura después de cumplir el término estricto de sus funciones, se vengaba así del consumidor reticente.

La acumulación de basura en las calles las hacía intransitables. Con la huida del alfabeto, ya no se podían escribir directrices; los magnavoces dejaban de funcionar cada cinco minutos, y todo el día se iba en suplirlos con otros. ¿Necesito señalar que los basureros se convirtieron en la capa social privilegiada, y que la Hermandad Secreta de Verrere era, de facto, el poder activo detrás de nuestras instituciones republicanas? De viva voz se corrió la consigna: los intereses sociales exigen que para salvar la situación se utilicen y consuman las cosas con una rapidez cada día mayor. Los obreros ya no salían de las fábricas; en ellas se concentró la vida de la ciudad, abandonándose a su suerte edificios, plazas, las habitaciones mismas. En las fábricas, tengo entendido que un trabajador armaba una bicicleta, corría por el patio montado en ella; la bicicleta se reblandecía y era tirada al carro de la basura que, cada día más alto, corría como arteria paralítica por la ciudad; inmediatamente, el mismo obrero regresaba a armar otra bicicleta, y el proceso se repetía sin solución. Lo mismo pasaba con los demás productos; una camisa era usada inmediatamente por el obrero que la fabricaba, y arrojada al minuto; las bebidas alcohólicas tenían que ser ingeridas por quienes las embotellaban, y las medicinas de alivio respectivas por sus fabricantes, que nunca tenían oportunidad de emborracharse. Así sucedía en todas las actividades.

Mi trabajo en el Banco ya no tenía sentido. El dinero había dejado de circular desde que productores y consumidores, encerrados en las factorías, hacían de los dos actos uno. Se me asignó una fábrica de armamentos como nuevo sitio de labores. Yo sabía que las armas eran llevadas a parajes desiertos, y usadas allí; un puente aéreo se encargaba de transportar las bombas con rapidez, antes de que estallaran, y depositarlas, huevecillos negros, entre las arenas de estos lugares misteriosos.

Ahora que ha pasado un año desde que mi primera cuchara se derritió, subo a las ramas de un árbol y trato de distinguir, entre el humo y las sirenas, algo de las costras del mundo. El ruido, que se ha hecho sustancia, gime sobre los valles de desperdicio; temo -por lo que mis últimas experiencias con los pocos objetos servibles que encuentro delatan- que el espacio de utilidad de las cosas se ha reducido a fracciones de segundo. Los aviones estallan en el aire, cargados de bombas; pero un mensajero permanente vuela en helicóptero sobre la ciudad, comunicando la vieja consigna: «Usen, usen, consuman, consuman, ¡todo, todo!» ¿Qué queda por usarse? Pocas cosas, sin duda.

Aquí, desde hace un mes, vivo escondido, entre las ruinas de mi antigua casa. Huí del arsenal cuando me di cuenta que todos, obreros y patrones, han perdido la memoria, y también, la facultad previsora... Viven al día, emparedados por los segundos. Y yo, de pronto, sentí la urgencia de regresar a esta casa, tratar de recordar algo apenas estas notas que apunto con urgencia, y que tampoco dicen de un año relleno de datos- y formular algún proyecto.

¡Qué gusto! En mi sótano encontré un libro con letras impresas; es Treasure Island, y gracias a él, he recuperado el recuerdo de mí mismo, el ritmo de muchas cosas... Termino el libro («¡Pieces of eight! ¡Pieces of eight!») y miro en redor mío. La espina dorsal de los objetos despreciados, su velo de peste. ¿Los novios, los niños, los que sabían cantar, dónde están, por qué los olvidé, los olvidamos, durante todo este tiempo? ¿Qué fue de ellos mientras sólo pensábamos (y yo sólo he escrito) en el deterioro y creación de nuestros útiles? Extendí la vista sobre los montones de inmundicia. La opacidad chiclosa se entrevera en mil rasguños; las llantas y los trapos, la obsesidad maloliente, la carne inflamada del detritus, se extienden enterrados por los cauces de asfalto; y pude ver algunas cicatrices, que eran cuerpos abrazados, manos de cuerda, bocas abiertas, y supe de ellos.

No puedo dar idea de los monumentos alegóricos que sobre los desperdicios se han construido, en honor de los economistas del pasado. El dedicado a las Armonías de Bastiat, es especialmente grotesco.

Entre las páginas de Stevenson, un paquete de semillas de hortaliza. Las he estado metiendo en la tierra, ¡con qué gran cariño!... Ahí pasa otra vez el mensajero:

«USEN TODO... TODO... TODO»

Ahora, ahora un hongo azul que luce penachos de sombra y me ahoga en el rumor de los cristales rotos...

Estoy sentado en una playa que antes -si recuerdo algo de geografía- no bañaba mar alguno. No hay más muebles en el universo que dos estrellas, las olas y arena. He tomado unas ramas secas; las froto, durante mucho tiempo... ah, la primera chispa...FIN

7 de abril de 2012

SABADO DE GLORIA


Desde antes de despertarme, oí caer la lluvia. Primero pensé que serían las seis y cuarto de la mañana y debía ir a la oficina pero había dejado en casa de mi madre los zapatos de goma y tendría que meter papel de diario en los otros zapatos, los comunes, porque me pone fuera de mí sentir cómo la humedad me va enfriando los pies y los tobillos. Después creí que era domingo y me podía quedar un rato bajo las frazadas. Eso -la certeza del feriado- me proporciona siempre un placer infantil. Saber que puedo disponer del tiempo como si fuera libre, como si no tuviera que correr dos cuadras, cuatro de cada seis mañanas, para ganarle al reloj en que debo registrar mi llegada. Saber que puedo ponerme grave y pensar en temas importantes como la vida, la muerte, el fútbol y la guerra.Durante la semana no tengo tiempo. Cuando llego a la oficina me esperan cincuenta o sesenta asuntos a los que debo convertir en asientos contables, estamparles el sello de contabilizado en fecha y poner mis iniciales con tinta verde. A las doce tengo liquidados aproximadamente la mitad y corro cuatro cuadras para poder introducirme en la plataforma del ómnibus. Si no corro esas cuadras vengo colgado y me da náusea pasar tan cerca de los tranvías. En realidad no es náusea sino miedo, un miedo horroroso.
Eso no significa que piense en la muerte sino que me da asco imaginarme con la cabeza rota o despanzurrado en medio de doscientos preocupados curiosos que se empinaran para verme y contarlo todo, al día siguiente, mientras saborean el postre en el almuerzo familiar. Un almuerzo familiar semejante al que liquido en veinticinco minutos, completamente solo, porque Gloria se va media hora antes a la tienda y me deja todo listo en cuatro viandas sobre el primus a fuego lento, de manera que no tengo más que lavarme las manos y tragar la sopa, la milanesa, la tortilla y la compota, echarle un vistazo al diario y lanzarme otra vez a la caza del ómnibus. Cuando llego a las dos, escrituro las veinte o treinta operaciones que quedaron pendientes y a eso de las cinco acudo con mi libreta al timbrazo puntual del vicepresidente que me dicta las cinco o seis cartas de rigor que debo entregar, antes de las siete, traducidas al ingles o al alemán.
Dos veces por semana, Gloria me espera a la salida para divertirnos en un cine donde ella llora copiosamente y yo estrujo el sombrero o mastico el programa. Los otros días ella va a ver a su madre y yo atiendo la contabilidad de dos panaderías, cuyos propietarios -dos gallegos y un mallorquín- ganan lo suficiente fabricando bizcochos con huevos podridos, pero mas aún regentando las amuebladas más concurridas de la zona sur. De modo que cuando regreso a casa, ella esta durmiendo o -cuando volvemos juntos- cenamos y nos acostamos en seguida, cansados como animales. Muy pocas noches nos queda cuerda para el consumo conyugal, y así, sin leer un solo libro, sin comentar siquiera las discusiones entre mis compañeros o las brutalidades de su jefe, que se llama a sí mismo un pan de Dios y al que ellos denominan pan duro, sin decirnos a veces buenas noches, nos quedamos dormidos sin apagar la luz, porque ella quería leer el crimen y yo la página de deportes.
Los comentarios quedan para un sábado como este. (Porque en realidad era un sábado, el final de una siesta de sábado.) Yo me levanto a las tres y media y preparo el té con leche y lo traigo a la cama y ella se despierta entonces y pasa revista a la rutina semanal y pone al día mis calcetines antes de levantarse a las cinco menos cuarto para escuchar la hora del bolero. Sin embargo, este sábado no hubiera sido de comentarios, porque anoche después del cine me excedí en el elogio de Margaret Sullavan y ella sin titubear, se puso a pellizcarme y, como yo seguía inmutable, me agredió con algo más temible y solapado como la descripción simpática de un compañero de la tienda, y es una trampa, claro, porque la actriz es una imagen y el tipo ese todo un baboso de carne y hueso. Por esa estupidez nos acostamos sin hablarnos y esperamos una media hora con la luz apagada, a ver si el otro iniciaba el trámite reconciliatorio. Yo no tenía inconveniente en ser el primero, como en tantas otras veces, pero el sueño empezó antes de que terminara el simulacro de odio y la paz fue postergada para hoy, para el espacio blanco de esta siesta.
Por eso, cuando vi que llovía, pensé que era mejor, porque la inclemencia exterior reforzaría automáticamente nuestra intimidad y ninguno de los dos iba a ser tan idiota como para pasar de trompa y en silencio una tarde lluviosa de sábado que necesariamente deberíamos compartir en un departamento de dos habitaciones, donde la soledad virtualmente no existe y todo se reduce a vivir frente a frente. Ella se despertó con quejidos, pero yo no pensé nada malo. Siempre se queja al despertarse.
Pero cuando se despertó del todo e investigué en su rostro, la noté verdaderamente mal, con el sufrimiento patente en las ojeras. No me acordé entonces de que no nos hablábamos y le pregunté qué le pasaba. Le dolía en el costado. Le dolía muy fuerte y estaba asustada.
Le dije que iba a llamar a la doctora y ella dijo que sí, que la llamara en seguida. Trataba de sonreír pero tenía los ojos tan hundidos, que yo vacilaba entre quedarme con ella o ir a hablar por teléfono. Después pensé que si no iba se asustaría más y entonces bajé y llamé a la doctora.
El tipo que atendió dijo que no estaba en casa. No sé por qué se me ocurrió que mentía y le dije que no era cierto, porque yo la había visto entrar. Entonces me dijo que esperara un instante y al cabo de cinco minutos volvía al aparato e inventó que yo tenia suerte, porque en este momento había llegado. Le dije mire qué bien y le hice anotar la dirección y la urgencia.
Cuando regresé, Gloria estaba mareada y aquello le dolía mucho más. Yo no sabía qué hacer. Le puse una bolsa de agua caliente y después una bolsa de hielo. Nada la calmaba y le di una aspirina. A las seis la doctora no había llegado y yo estaba demasiado nervioso como para poder alentar a nadie. Le conté tres o cuatro anécdotas que querían ser alegres, pero cuando ella sonreía con una mueca me daba bastante rabia porque comprendía que no quería desanimarme. Tomé un vaso de leche y nada más, porque sentía una bola en el estómago. A las seis y media vino al fin la doctora. Es una vaca enorme, demasiado grande para nuestro departamento. Tuvo dos o tres risitas estimulantes y después se puso a apretarle la barriga. Le clavaba los dedos y luego soltaba de golpe.
Gloria se mordía los labios y decía sí, que ahí le dolía, y allí un poco mas, y allá mas aun.
Siempre le dolía más.
La vaca aquella seguía clavándole los dedos y soltando de golpe. Cuando se enderezó tenía ojos de susto ella también y pidió alcohol para desinfectarse. En el corredor me dijo que era peritonitis y que había que operar de inmediato. Le confesé que estábamos en una mutualista y ella me aseguró que iba a hablar con el cirujano.
Bajé con ella y telefoneé a la parada de taxis y a la madre. Subí por la escalera porque en el sexto piso habían dejado abierto el ascensor. Gloria estaba hecha un ovillo y, aunque tenía los ojos secos, yo sabía que lloraba. Hice que se pusiera mi sobretodo y mi bufanda y eso me trajo el recuerdo de un domingo en que se vistió de pantalones y campera, y nos reíamos de su trasero saliente, de sus caderas poco masculinas.
Pero ahora ella con mi ropa era sólo una parodia de esa tarde y había que irse en seguida y pensar.
Cuando salíamos llegó su madre y dijo pobrecita y abrígate por Dios. Entonces ella pareció comprender que había que ser fuerte y se resignó a esa fortaleza. En el taxi hizo unas cuantas bromas sobre la licencia obligada que le darían en la tienda y que yo no iba a tener calcetines para el lunes y, como la madre era virtualmente un manantial, ella le dijo si se creía que esto era un episodio de radio. Yo sabía que cada vez le dolía más fuerte y ella sabía que yo sabía y se apretaba contra mí.
Cuando la bajamos en el sanatorio no tuvo más remedio que quejarse. La dejamos en una salita y al rato vino el cirujano. Era un tipo alto, de mirada distraída y bondadosa. Llevaba el guardapolvo desabrochado y bastante sucio. Ordenó que saliéramos y cerró la puerta.
La madre se sentó en una silla baja y lloraba cada vez más. Yo me puse a mirar la calle; ahora no llovía.
Ni siquiera tenía el consuelo de fumar. Ya en la época de liceo era el único entre treinta y ocho que no había probado nunca un cigarrillo. Fue en la época de liceo que conocí a Gloria y ella tenía trenzas negras y no podía pasar cosmografía. Había dos modos de trabar relación con ella. O enseñarle cosmografía o aprenderla juntos. Lo último era lo apropiado y, claro, ambos la aprendimos.
Entonces salió el médico y me preguntó si yo era el hermano o el marido. Yo dije que el marido y él tosió como un asmático. "No es peritonitis", dijo, "la doctora esa es una burra". "Ah", "Es otra cosa. Mañana lo sabremos mejor." Mañana. Es decir que. "Lo sabremos mejor si pasa esta noche. Si la operábamos, se acaba. Es bastante grave pero si pasa hoy, creo que se salva".
Le agradecí -no sé qué le agradecí- y el agregó: " La reglamentación no lo permite, pero esta noche puede acompañarla." Primero pasó una enfermera con mi sobretodo y mi bufanda. Después pasó ella en una camilla, con los ojos cerrados, inconsciente.
A las ocho pude entrar en la salita individual donde habían puesto a Gloria. Además de la cama había una silla y una mesa. Me senté a horcajadas sobre la silla y apoyé los codos en el respaldo. Sentía un dolor nervioso en los párpados, como si tuviera los ojos excesivamente abiertos. No podía dejar de mirarla. La sábana continuaba en la palidez de su rostro y la frente estaba brillante, cerosa. Era una delicia sentirla respirar, aun así con los ojos cerrados. Me hacía la ilusión de que no me hablaba sólo porque a mí me gustaba Margaret Sullavan, de que yo no le hablaba porque su compañero esa simpático. Pero, en el fondo, yo sabía la verdad y me sentía como en el aire, como si este insomnio fuera una lamentable irrealidad que me exigía esta tensión momentánea, una tensión que de un momento a otro iba a terminar.
Cada eternidad sonaba a lo lejos un reloj y había transcurrido solamente una hora. Una vez me levanté y salí al corredor y caminé unos pasos. Me salió un tipo al encuentro, mordiendo un cigarrillo y preguntándome con un rostro gesticuloso y radiante "Así que usted también está de espera?" Le dije que sí, que también esperaba. "Es el primero", agrego, "parece que da trabajo". Entonces sentí que me aflojaba y entré otra vez en la salita a sentarme a horcajadas en la silla. Empecé a contar las baldosas y a jugar juegos de superstición, haciéndome trampas. Calculaba a ojo el número de baldosas que había en una hilera y luego me decía que si era impar se salvaba. Y era impar. También se salvaba si sonaban las campanadas del reloj antes de que contara diez. Y el reloj sonaba al contar cinco o seis. De pronto me hallé pensando: "Si pasa de hoy..." y me entró el pánico. Era preciso asegurar el futuro, imaginarlo a todo trance. Era preciso fabricar un futuro para arrancarla de esta muerte en cierne. Y me puse a pensar que en la licencia anual iríamos a Floresta, que el domingo próximo -porque era necesario crear un futuro bien cercano- iríamos a cenar con mi hermano y su mujer y nos reiríamos con ellos del susto de mi suegra, que yo haría pública mi ruptura formal con Margaret Sullavan, que Gloria y yo tendríamos un hijo, dos hijos, cuatro hijos y cada vez yo me pondría a esperar impaciente en el corredor.
Entonces entró una enfermera y me hizo salir para darle una inyección. Después volví y seguí formulando ese futuro fácil, transparente. Pero ella sacudió la cabeza, murmuró algo y nada más.
Entonces todo el presente era ella luchando por vivir, sólo ella y yo y la amenaza de la muerte, sólo yo pendiente de las aletas de su nariz que benditamente se abrían y se cerraban, sólo esta salita y el reloj sonando.
Entonces extraje la libreta y empecé a escribir esto, para leérselo a ella cuando estuviéramos otra vez en casa, para leérmelo a mí cuando estuviéramos otra vez en casa.
Otra vez en casa. Qué bien sonaba. Y sin embargo parecía lejano, tan lejano como la primera mujer cuando uno tiene once años, como el reumatismo cuando uno tiene veinte, como la muerte cuando sólo era ayer. De pronto me distraje y pensé en los partidos de hoy, en si los habrían suspendido por la lluvia, en el juez inglés que debutaba en el Estadio, en los asientos contables que escrituré esta mañana.
Pero cuando ella volvió a penetrar por mis ojos, con la frente brillante y cerosa, con la boca seca masticando su fiebre, me sentí profundamente ajeno en ese sábado que habría sido el mío.
Eran las once y media y me acordé de Dios, de mi antigua esperanza de que acaso existiera. No quise rezar, por estricta honradez. Se reza ante aquello en que se cree verdaderamente. Yo no puedo creer verdaderamente en él. Sólo tengo la esperanza de que exista. Después me di cuenta de que yo no rezaba sólo para ver si mi honradez lo conmovía. Y entonces recé. Una oración aplastante, llena de escrúpulos, brutal, una oración como para que no quedasen dudas de que yo no quería no podía adularlo, una oración a mano armada. Escuchaba mi propio balbuceo mental, pero escuchaba sólo la respiración de Gloria, difícil, afanosa. Otra eternidad y sonaron las doce. Si pasa de hoy.
Y había pasado. Definitivamente había pasado y seguía respirando y me dormí. No soñé nada.
Alguien me sacudió el brazo y eran las cuatro y diez. Ella no estaba. Entonces el médico entró y le preguntó a la enfermera si me lo había dicho. Yo grité que sí, que me lo había dicho -aunque no era cierto- y que él era un animal, un bruto más bruto aún que la doctora, porque había dicho que si pasaba de hoy, y sin embargo. Le grité, creo que hasta lo escupí frenético, y él me miraba bondadoso, odiosamente comprensivo, y yo sabía que no tenía razón, porque el culpable era yo por haberme dormido, por haberla dejado sin mi única mirada, sin su futuro imaginado por mí, sin mi oración hiriente, castigada.
Y entonces pedí que me dijeran en dónde podía verla. Me sostenía una insulsa curiosidad por verla desaparecer, llevándose consigo todos mis hijos, todos mis feriados, toda mi apática ternura hacia Dios.
                                                                                                    MARIO BENEDETTI

5 de abril de 2012

LA DEPENDENCIA

Cuando era pequeño me di cuenta que no podía vivir sin mi mami... después me di cuenta que tenia un padre y me di cuenta que no podía vivir sin el... después me di cuenta que tenia a mis hermanos y se hicieron imprescindibles para mi....y así a través de la vida ..persona que conocía y que llegaba a relacionarme bien con ella se hacia necesaria para mi.....Acaso esta equivocada la forma de aprender a comportarnos en la vida? Siempre tomamos una  actitud dependiente de los demás...ligeramente nos damos cuenta de que somos importantes para las personas que nos rodean....a veces sabemos que les agradamos y sin hacer mucho por nosotros, subsistimos en la vida brindándole mas atenciones a los demás que a nosotros mismos.Hay momentos en que lo daríamos todo por estar junto al ser amado incluso haciéndonos daño a nosotros mismos por ese malestar de no tener  lo que queremos cuando así lo deseamos. Y como cambiar estas formas o patrones de conducta de nuestro subconsciente? que es lo que entregamos a los demás? amor, afecto, amistad , cariño, caricias, palabras, miradas, sentimientos buenos, alimentos...etc...
Pues todo eso bien podríamos entregarlo a nosotros mismos aprendiendo a querernos para no sentir la necesidad de estar con alguien mas, aunque a veces sea necesario...aprender a querernos mas...regalarnos todo eso a nosotros mismos para aprender a depender de nosotros mismos.
Aprendamos a querernos mas...a mirarnos al espejo y hablar cono nosotros mismos, que a veces lo hacemos en silencio..aprender a darnos una caricia que a veces la sentimos menos cuando la damos a alguien ....aprender a tratarnos bien ,..que a veces por descuido caemos en vicios demasiado notorios para los demás ...menos para nosotros.
Entre mas temprano aprendamos a depender mas de notros mismos seremos de mas provecho para esas personas que tanto queremos ofreciéndoles una especie de liberación para no ser un lastre en la vida de ellos....seremos de mas provecho y productivos...eso es seguro..aprende a depender de ti mismo.

28 de febrero de 2012

SONRISA DE PAPEL

¡Por qué… Para qué estas ante mi'
que sortilegio descendió sobre nosotros
como iman haciendo saltar de nuestros corazones
las emociones inpensadas de un mundo magico
que  no entiende de razones

Siempre que pienso en ti
pienso en mi unicornio azul y las amarillas
flores de Macondo.

Pienso en ti, 
y en la tarde de horizonte rojo pincelado
de violeta, premonición de flores
deshojadas
Por la sal de mis ojos.

Siempre que pienso en ti,
pienso en febrero ,tiempo de encuentro de nuestras estelas

maravillosos dones que abrillantan mi existencia y titilan tu sonrisa 
y tu figura alegre en este espacio sideral maravilloso
que nos alberga momentaneamente en el tiempo.

Pienso en nosotros : Soledad inmaculada y solidaria

que motiva mi amor por ti.
Y pregunto a los ángeles: ¿Por qué…Para qué,
Dios cruzó nuestras vidas ? y una sonrisa de papel ....

se dibuja en la suave brisa...

Los ángeles se miran… Me miran…
En la neblina de mi sueño se desvanecen.  y 

apareces tu ....como algo intangible ,atrayente,deseperante imagen
que refulge y transtorna mis sentidos y prefiero dormir
seguir en mi dulce sueño eterno por ti y sin ti.....

5 de febrero de 2012

TUS LINDAS MIRADAS


Aunque recibimos siempre miradas sobre nuestra persona, muchas veces nos damos cuenta que no todas son iguales llamándonos la atención sobre manera las miradas insistentes y repetitivas por lo cual debemos de saber que existen diferentes tipos según la intención de los demás para nosotros.
Una de ellas es la mirada “material”. Esta mirada sólo ve en el otro lo que éste tiene de valor material. “Si yo tuviera lo que trae puesto o que bien le queda esa falda o el pantalón, que bien se maquilla,se corto el pelo o se lo pinto y le quedo muy feo o bien..,. “Tiene equis años, es muy viej@, muy joven” “Sus cabellos son teñidos, sucios, largos, cortos, mal peinados”. “Sus manos son grandes, chicas, finas, rugosas” “Tiene senos así, asá. pompis así, asá”. “Está bien vestid@, mal vestid@”… Vemos a las personas sólo por su aspecto corporal, por su raza, por su forma. Es la mirada del comerciante que todo el tiempo se está diciendo: “Esta persona vale tanto”. Mirada que en el fondo juzga cuanto dinero vale el otro… este tipo de mirada no critica con desprecio, sólo constata precio.
Hay la mirada “exclusivamente sexual”. Esta mirada convierte a cada persona en objeto de deseo o repulsión. “Este, esta, me es simpáti@, me es antipátic@”. Convierte al otro en un imán, o centro de atracción,, en cosa deseable, siendo incapaz de ver al ser que habita en ese cuerpo. El interés que despierta esta mirada es solo sexual , algo normal dentro de los seres vivos pues de la vista nace el amor.Puede ser muy intensa o una de las que nos causan mas problemas pues nos provocan una fijación tremenda de la persona a la cual vemos así, provocando incluso que nuestras glándulas tengan una segregación de hormonas mas intensa alterando un poco nuestras funciones y provocando la búsqueda de una relación física u onírica.

Mirar con amor es difícil porque en todo amor hay también odio. Cada idea, cada sentimiento, cada luz, tiene su sombra. Si lanzo una mirada de amor posesivo, va con ella el rencor de no ser capaz de poseer al ser amado por completo. Poseerlo por completo significaría poder darle la muerte. Tendríamos que mirar no con un amor humano, sino con un amor divino. , que es una mirada que no damos nosotros mismos, sino que se da a través de nosotros, proveniente de la conciencia que crea al cosmos…pero mas claro para demostrar su existencia...es una forma que no pretende poseer si no admirar como cuando vemos una obra de arte o la imagen de algo religioso o a nuestros propios hijos.
La mirada intelectual  es antimágica, porque consiste en un juicio mental del otro, un juicio por esencia negativo porque pretende poner a prueba nuestros conocimientos o el de la persona admirada. El intelecto quiere serlo todo, y todo lo que no es él o como él, le parece digno de ser condenado o puesto a prueba.Por ejemplo cuando vemos disertar a algún conferenciante o cuando sabemos que alguien es muy inteligente y nuestro deseo es entablar una platica para obtener un punto de vista o simplemente observar su método de razonamiento y hasta contar el tiempo y forma de expresión de dicha persona.es una forma de actuar mas intensa en donde nuestro super yo o ego se manifiesta..considerado normal, aunque a veces la comprensión de este sentir no es asimilado de buena forma pues desencadena el celo sobre nuestro banco de datos para que no sea superado.
La mirada mágica debe unir cuatro puentes, el mental, el emocional, el sexual y el material, a la fuerza universal que da vida a todo. Se conecta la mirada, vuelta impersonal, a la conciencia divina. Solamente a través de lo impersonal logramos mirar con la fuerza del amor que todo lo construye. Se dice que los monjes iluminados, (bodhisatvas) bendicen todo lo que ven… Tú puedes hacer este ejercicio: durante todo el día, bendice lo que veas, sean seres vivientes o cosas. Cuando se logra transformar la mirada en bendición constante se llega a la mirada mágica. Esta mirada dice: “Cuando te miro no te poseo, no te critico, no te juzgo, no voy a pedirte nada ni a darte nada, sólo me comunico contigo. ¿Tienes necesidad de mí?. ¡Aquí yo no estoy, pero sí está el Ser esencial!” No hay nada personal en esta mirada. El que mira y el mirado se comunican de alma a alma.Un poco mejor ...para la existencia de esta mirada es necesario un alto grado de conocimientos y dominio sobre nuestro propio cuerpo pues al ver así a nuestro objetivo le debemos entregar serenidad,no inquietud,amor,no deseo, y propiciar la confianza sin mostrar un ápice de cualquier otro tipo de interés mas que el buscar comunicarse intensamente como principio para entablar una poderosa relación.
La mirada Ludica  O  de fotografía... es aquella mediante la cual siempre entregamos una sonrisa que siempre se entiende como afecto equivocadamente...este tipo de mirada implica un espacio abierto o propicio para entablar una relacion trivial o momentánea...pasajera..sin tomar mucho en cuenta los fundamentos o pensamiento del otro u otra. También depende del tipo de sonrisa y en que momento se expresa porque hay diferentes tipos de sonrisas.Pero si miramos al instante que sonreímos siempre manifestaremos que buscamos un momento divertido o mostrar cortesía pero nunca algo serio. Esto porque al esforzarnos a sonreír bloqueamos la función de razonar momentaneamente,o la capacidad de razonar en muchos casos es mecánica según la intención de la relación.

La mirada desértica o inexpresiva es la mas difícil de manifestar pues lo hacemos en solitario y a nuestra pareja o amistades la mostramos solo cuando se comparte una relación propicia para esto.Pretende provocar o demandar la atención ante una necesidad de buscar compañía o soluciones a nuestros problemas,..la necesidad de platicar algo que no entendemos..es la mirada en el desierto pues se ve a lo lejos directa y fijamente en donde el cerebro se manifiesta en su actividad de raciocinio u onírica. esta responde al cuestionamiento esperado ..Que te sucede?..
Si de esta manera miras a la gente que conoces o aquellas con las que te debes relacionar, tu vida cambiará. Ve a tu hogar y mira a todos los objetos con los cuales convives, mira todos los recuerdos que encierran, mira a todos tus familiares, y por sobre todo, mira la mirada que tienen, y constata hasta que punto sus ojos ven y cuáles son sus límites… Ponte en su lugar, trata de comprenderlos y aceptar que sufren. Cualquier tipo de mirada que no sea mágica, nos sumerge en el sufrimiento… No te preocupes si descubres en sus miradas sentimientos agresivos. Si te has liberado del ego artificial, sabrás transformar las agresiones en manifestaciones de amor

31 de enero de 2012

PUNTO DE CREACION

Te he visto como amiga...pero..
Me has provocado robarte una sonrisa...
me has provocado robarte un beso..
me has provocado acariciar tus manos,...
y también tocar tu pelo...
me has despertado el ansia de mirar tus ojos..
y también escuchar la dulce melodía  que brota de tu voz..
y has hecho sentirme el mas afortunado de los hombres ..
por tantas cosas bellas que me has entregado a mi..
has despertado mi forma de admirar a una dama
como quien disfruta de la miel sin empalagarse 
como quien disfruta de una flor  su aroma y de su néctar con solo verla,
como quien se monta en arco iris con solo dormitar...
como quien se embelesa de una estrella o de la luna sin poderla alcanzar..
Pero esta vez fue diferente porque has despertado el mas histórico deseo
El mas antiguo sentimiento de creación en mi..
El mas dulce sentimiento de posesión de algo bello..
La mas tierna sensación dentro de mi..
me has hecho despertar y aceptar la realidad
El  mas sublime punto de creación ,entre un hombre y una mujer...



8 de enero de 2012

COMO USAR TUS LLAVES DEL ÉXITO


LAS LLAVES DEL ÉXITO:
1.- LA ÉTICA COMO PRINCIPIO BÁSICO
2.- ORDEN Y LIMPIEZA EN TODO
3.- LA INTEGRIDAD
4.- LA PUNTUALIDAD
5.- LA RESPONSABILIDAD
6.- DESEO DE SUPERACIÓN
7.- RESPETO A LAS REGLAS
8.- AMOR A LO QUE HACES
9.- RESPETO A LA EXPERIENCIA
SI REÚNES ESTAS LLAVES MARAVILLOSAS ESTAS EN EL CAMINO DEL ÉXITO.
Como entender cada una de ellas?
1.-La ética es el comportamiento que debes de tener en tu profesión u oficio,Principalmente dedicarte a lo tuyo, no utilizar tu tiempo para otros temas como  por ejemplo buscar enterarte de cual es la ultima aventura del jefe o de fulanito  por mas interesante que este el asunto.Una actitud de respeto siempre al trabajo de tus compañeros y discreción probada en cuanto a la producción que se maneja. recuerda que si hay escalafón el mas productivo, discreto y respetuoso sera el que ascienda. También en la medida que correspondas y compartas tus conocimientos obtendrás mejores resultados en tu vida laboral.
2.-El orden y limpieza es esencial pues pone de manifiesto tus buenas costumbres y tus formas de vida.Hasta el mas mínimo detalle encaja en esta actitud pues todos estarán pendientes de ti si depositas la basura en su lugar, si tienes tus utensilios o cubículo en orden y limpio, esto aunado a tu presentación personal.Y presentación personal se refiere a todo no nada mas como vistes tratando de traer looks estrafalarios pues son señal de rebeldía y desacato a las normas sociales.
3.-No dudes que siempre pondrán a prueba tu honestidad comportamiento para ver que tan integro en valores resultas. Practica la honestidad ,la fraternidad y la solidaridad con los que te rodean pues son el inicio de toda relación.
4.-El llegar tarde ofreciendo disculpas o no importándote este renglón es de pésimo aspecto.Resulta patético el ver que a alguien no le interesa su trabajo pensando que el ser puntual es llegar a la hora exacta al trabajo. Mínimo llega 10 minutos antes para prepararte y ver el estado que guarda tu rincón de trabajo.
5.-La responsabilidad en tus actos es por norma ,pues a tu edad ya sabes que se hace bien o mal a menos que desconozcas y estés iniciando en tu empresa.No hay pretexto,pregunta siempre ante la menor duda isa manifestaras tu interés por el mismo.pero muestra tu responsabilidad también en tu lenguaje.Responde exactamente lo que se debe a la medida de tus conocimientos , se breve  y conciso.nunca bromes en tus relaciones de trabajo pues sera como una bola de nieve deteriorando tu imagen.a menos que se preste la situación y estén todos en alguna situación de diversión pero trata de ser el mejor sin exagerar en la hilaridad. También es una forma de ir tomando confianza con los demás y de que se te acerquen a ti.
6.-Manifiesta tu deseo de superación siempre participando en la actualización o reuniones  en donde el objetivo sea el aprendizaje y el mejoramiento de tu labor cotidiana.No siempre vas a andar preguntando . Pon en practica la sagacidad y entérate de los mecanismos paralelos a tu función discretamente.
Primero has tu trabajo bien y luego ayuda a los demás.Hay quien lo hace al revés.mas sencillo..sientete siempre como un alumno..
7.-Respeta siempre las reglas ,horarios de entrada salida y tiempos libres para tus comidas.lugares o estancias para poder entablar alguna platica con tus compañeros.tus herramientas personales ubicalas y esa sera tu seguridad de encontrarlas en el mismo lugar y de que te respetan también.
8.-No es necesario darle de besos a tus herramientas de trabajo o a tu escritorio pero esto se manifestara en el orden y limpieza de las mismas, ademas de estar siempre ubicado en tu lugar y haciendo las cosas de buena manera y buen humor.Siempre alguien tratara de desubicarte.trata de no hacerlo a menos de que sea una orden auxiliar en su labor a otro compañero.Cada soldado en su trinchera.
9.-Respeta a tus compañeros de mas antigüedad y nunca pienses que van de salida pues la salida ellos ya la esquivaron muchos años y bien te podrían ayudar a encontrarla. Aprovecha y mantén una buena relación con ellos pues son libros abiertos de quien podrás aprender lo que tus dudas te vayan sugiriendo.Recuerda ..esta es tu guerra y tu victoria es el resultado de tu trabajo desde tu trinchera........BENDICIONES.

7 de enero de 2012

LAS DECEPCIONES


Las Decepciones
Hay de Chile , de dulce y de manteca y son ricas que a veces se disfrutan tanto? pero también hay picosas, agrias y amargas que te provocan malestar con ganas de volver el estomago o hacerte una purga con la que saques  esa piedrecita en tu camino...
Pero que es una decepción? es cuándo uno tiene sueños,ilusiones, metas, ideas, pensando en construir  algo, y de un momento a otro te das cuenta que nada de lo que pensabas era real, que se esfuma, que desaparece, que alguien se encarga de arruinar sin importar lo que uno quiere porque generalmente uno no busca una decepción, siempre viene sólita y cuando menos la esperas..
A continuaciones algunas acepciones populares:
-Me has decepcionado", "me siento decepcionado", esto es decepcionante", son las expresiones en que solemos usar este lexema tan culto, tan elegante, que apenas se entiende, o no se entiende como debiera. Y solemos añadir algo así como: "Has frustrado las esperanzas que tenía puestas en ti". En efecto, al usar el verbo decepcionar solemos cargar el peso de la culpa en el decepcionado, no en el decepcionador. Esta es la decepcion y en la decepcion afectiva es que te afecta a ti como el decepcionado que eres.
-Supongo que  es cuando te acercas a una persona buscando afecto, apoyo y cariño, pero no lo consigues, por lo general pasa cuando al que encuentras esta demasiado arraigado ya sea al sexo, o al trabajo, no hay mucha preocupacion por el afecto, solo por la calentura..
-es cuando alguien te defrauda, te hace sentir mal y eso te causa una gran decepción con tus sentimientos!!
-cuando dejas de admirar a alguien por una acción hacia ti u otras personas y te das cuenta que no era lo que pensabas y eso te hace sentir mal
-Que aquel por el que sientes afecto te decepcione, por ejemplo que te engañen
-Entiendo que es una decisión que te puede afectar a largo plazo o corto sentimentarmente o en otros aspectos
-Que la que te gusta no te de bola pero ya vendrán mas.....decepciones
-Que alguien que te trata bien de pronto le parezcas lo peor y hasta el saludo te retire..esa si es una decepción
-A veces las personas no son como parecen. De hecho a mi me paso algo parecido, pero me parece que al revés. Alguien a quien yo apreciaba mucho cree lo peor de mi y las cosas se dieron de mala manera, yo sé que no haría nada para lastimar a alguien que aprecio. A lo mejor, esto que te pasó sea un mal entendido, recuerda que no todos conocemos la verdad, solo una parte, que es lo que percibimos. Trata de hablar con esa persona y entender que fué lo que pasó, a lo mejor la otra persona esta muy triste tambien por lo mismo.
En fin..hay tantas versiones como decepcionados pero que es la decepción y como se puede enfrentar? Pues es cuando una persona afecta de manera sorpresiva los fundamentos ,imagen,perfil o vivencias que tu tienes en la mente con la que le encuadras a ella o a el.Es el darte cuenta que no era verdad lo que vivías,la relación que llevabas o lo que pretendías.Se considera un engaño de actitud si no hay una explicación de los porqués por parte del que provoca la decepción.
Se considera también una deshonestidad cuando se causa una decepción...el no hablar es también una falta de valor o de valores aunque también hay culpabilidad del que construye una amistad o una relación sin conocer adecuadamente a las personas.
Aunque también hay actitudes temporales que provocan una decepción volviendo todo a la normalidad si la relación esta bien construida.
Muchas veces después de la decepción has de querer no volver a ver a quien te la provoco pero no es así como funciona un verdadero razonamiento, si no que debes analizar los hechos y ver que estuvo mal en ambas partes, y tratar de restaurar hasta donde te sea posible la relación superando con ello el momento o la acción que te provocaron eso.
Se debe dar el tiempo necesario para que salga a flote el porque de la causal que provoco tal sentir,y tratar de llegar a un entendimiento y si es irreconciliable quedarse con la idea de que hiciste lo posible en cuanto a manifestar que en verdad no guardas resentimientos por esa situación y tratar de seguir tu vida normalmente.
Ahora quien la causo también a de tener sus motivos y no creas que goza de tranquilidad porque es la que mas se ve afectada . Que sucedió para que llegara a este punto'?..seria bueno tratar de entenderlo pero si se ha roto la comunicación pues no lo dirá, pero quien no lo saca a través del dialogo lo mantendrá en su cabeza y le causara molestias por mucho tiempo.. Pero en ningún caso se debe romper esto porque se supone que se han manejado valores en una relación y siempre habrá un momento para hablar, calmadas las aguas turbulentas.
Lo mejor es no sentirse decepcionado y quedarse y pensar con lo bueno que nos entregan las personas demostrando con ello que se es fuerte para no caer tan fácilmente en la decepción y seguir con tu normalidad remarcando los buenos actos y a la vuelta de la esquina te volverás encontrar con quien te causo esa decepción entregándole una sonrisa, un beso y un abrazo.....Bendiciones

5 de enero de 2012

"AMISTADES " "AMARRANAVAJAS"?


LOS AMARRANAVAJAS:
Es la actitud y acción que algunas personas muestran y realizan para convencer a quien te estima mucho, a quien te quiere mas, a quien tu le has depositado toda tu confianza a quien tanto esperaste en la vida solo porque es parte de una estrategia para dividir la relación por diversas causas con la finalidad de hacer daño a alguien..
Como lo notas? cuando tu relación con esa persona cambia bruscamente ,de un día para otro dejandote a la deriva con tus buenos sentimientos sin escucharte y sin saber el porque de ese reacción.
Como lo logran? generalmente abusan de la buena voluntad que existe en el ser humano siempre y de habilidades que han ido mejorando y perfeccionando en el tema del engaño y de caer bien...algunas personas se acercan a ti con ganas de caer bien con un propósito preparar su numero o manejar tu voluntad porque saben que eres influenciable en cuanto a tus ideas.
De que se valen? generalmente de una cara bonita o simpática que es lo que muestran siempre.Ellos se conocen muy bien pues saben de sus cualidades físicas y mentales y saben que tu eres atraído y si no es así ellos te buscaran, y harán lo imposible por obtener tu amistad con una finalidad: utilizarte
Una persona asi también es capaz de utilizar conversaciones en donde participa como persona de confianza o muy moral para manejarla y distorsinandola a su antojo, pero solo refleja la falta  de valores y educación en cuanto a su interrelación dentro de un grupo social.
Y logran afectarte porque son capaces de inventar cualquier acto denigrante hasta lo mas inesperado, lo mas vergonzante poniendo en duda tu personalidad con la persona con quien tienes amistad para que te vea de otra forma abusando de su buena voluntad aunque siendo participe también es culpable quien pone el oído y se cree el dicho por muy inocente que sea.
Como orquestan su acto? se valen de todo y generalmente no actúan solos, siempre disfrutan agrupándose con alguien con quienes comentan el avance de su mala acción porque el objetivo es hacer daño a los dos . a quien escucha y a quien no sabe de esto.Generalmente son personas que no tienen un buen sustento moral ni profesan valor alguno esgrimiendo como bandera solo su banalidad ademas de que su perfil es muy bajo pretendiendo ser muy inteligentes en este tipo de actitud auto denigrante.
Como contrarrestar su acción? poniéndolos en evidencia solo que en ocasiones el afectado es el ultimo en darse cuenta de tal acción pero aun así se debe enfrentar tratando de esclarecer el panorama con buena voluntad y fe. en cada enfrentamiento se ira desgastando sus capacidades de convencer a gente inocente y su fama sera cada vez mas negativa aumentando su desprestigio y honor mucho mas que los afectados.
Como descubrirlos a tiempo? poniendo a prueba su veracidad y no entregando la voluntad para que se te maneje a su antojo y no pecar de inocente a la primera versión que te dan de algún hecho en concreto.Casi siempre se abusa de la docilidad de pensamiento de tu amistad en turno incluso haciendo pacto de discreción para que no te des cuenta del porque el cambio de actitud de tu amistad que bien valdría decir que si llega a esto no vale la pena perder el tiempo en su amistad pues no tiene la suficiente valentía para decirte o tratar cualquier asunto de frente.
Hay temas que son intocables para terceras personas: la amistad, el amor, la familia.
Cuando alguien intenta socavar tu amistad con otra persona empieza a sospechar que algo se trama y no le alimentes su banalidad escuchándolo.
Cuando alguien habla de terceras personas sin estar presente esta,se considera un acto inmoral.
Ya desde el JUS romano el hablar de terceras personas se consideraba un atentado a las reglas sociales y era mal visto quien insistía en hacerlo logrando solo que le dieran la espalda a su relación con los demás .
Así que ten cuidado con este tipo de inmoralidad:hablar de terceros sin estar presentes es algo inmoral.
Ademas es una manifestación del diablo por lo que no hay que temer si se enfrenta con FE....si DIOS esta contigo...quien contra ti??

4 de enero de 2012

CARTA AL SR. FUTURO


Estimado Sr. Futuro.:
De mi mayor consideración le escribo esta carta para pedirle un favor.
Usted ha de disculpar la molestia..., no tema...no quiero conocerlo..ha de ser usted alguien muy solicitado y deseado...debe haber tanta gente que quiere conocerlo..hacerle caravana y postrarse a sus pies...
..ser el mas servil de los serviles con usted...pero no es mi caso....si cuando alguna gitana se cruza en mi camino para leerme la mano...salgo disparado corriendo pues le tengo temor a su merced..
...y sin embargo usted misterioso señor es la promesa que nuestros pasos persiguen ,queriendo sentido , dirección y destino en este mundo y solo este, en el que usted nos espera siempre a mi y a muchos que  crean o no en los dioses que nos prometen otras vidas en lontananza y mas allá...
..y ahí esta el dilema que mejor seria estar allá y no acá donde el mundo se termina, donde las fuerzas lo patean como si fuera pelota...en donde juegan con el los señores de la guerra,como si fuera una granada de cicuta...y los voraces hijos de pu...lo exprimen como si fuera una madura fruta...
..a este paso me temo que mas temprano que nunca que el mundo podría ser una pedrada en la nuca..como una piedra muerta girando en el espacio sin tierra, sin aire, sin agua, sin fuego....sin alma...
...pero con todo ella le pido que no se deje intimidar y no lo quieran desalojar para que usted nos ayude a defender nuestra causa..a defender nuestra casa que es la casa del tiempo..eso es lo que le pido..ese favor a nosotros y a los otros que vendrán después, si tenemos un después...
...cambie nuestro destino para encontrar el camino hacia un mundo de color y de esperanza para lo que siempre han  soñado en conocerle a usted..