Viejo Abuelo
Entre mis recuerdos infantiles
guardo,
mi refugio y oidor de tristes cuitas,
que fuiste,
ciruelo viejo y olvidado
en el recodo del solar.
En tu tronco retorcido, con ternura,
el frío de mi cuerpo
y el desamparo de mi alma
guareciste.
Viejo abuelo,
silente árbol, disfrazaste el jarabe amargo
de mi llanto,
con el dulzor de tu fruta joven y encarnada:
<<dorada maravilla>>.
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